Alrededor de la Iglesia de Maipo y del antiguo fortín construido en el siglo xvi por el gobernador don Alonso de Sotomayor para defenderle paso de Lonquén de los ataques de los nativos se había formado el pueblo de Maipo. Algo más lejos crecía una sencilla y pintoresca población que había de tener su fundación oficial el día 14 de febrero de 1844 cuando el Presidente de la República, don Manuel Bulnes, dictara el decreto creando la “Villa de Buin”. El gobernante quiso, de esa manera, rendir homenaje a la notable gesta del teniente Colipí, el héroe de los puentes, quién en plena serranía peruana logró consolidar la presencia chilena en esos territorios, lo que sirvió de base para el triunfo sobre la Confederación Perú –Boliviana, en lo que fuera el primer conflicto internacional de la naciente república.
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La brillante culminación histórica se encuentra en la batalla de Yungay, el 20 de enero de 1839, siendo Presidente don José Joaquín Prieto y destacándose como Comandante en Jefe de las tropas chilenas don Manuel Bulnes Prieto, sobrino del primer mandatario. Cerca de Carhuaz corre un riachuelo cuyo cauce, comúnmente seco, se vuelca arrollador en el verano. Y allí está como mudo testigo de todo este acontecer el río Buin, símbolo de esta sierra del Perú y que fue a la larga la inspiración para que surgiera la Villa de Buin cerca de Santiago. El vencedor de Yungay llegó a la Presidencia el 18 de septiembre de 1841. El héroe de los Puentes, Juan Colipí, fue condecorado con la medalla de honor del Congreso Nacional. Un digno émulo de Lautaro o Caupolicán, que simbolizó la tenacidad, bravura y gallardía del pueblo mapuche, cuya resistencia a los invasores españoles lo plasmó como pueblo guerrero. Son dos figuras que se unen en la perspectiva histórica de la ciudad de Buin, que celebró sus 160 aniversario. Al asumir la primera magistratura, don Manuel Bulnes Prieto, tenía a su favor un pueblo deseoso de lograr una verdadera unidad nacional. Atrás habían quedado las querellas de pelucones v/s pipiolos. Surgía el “ROTO CHILENO”.
El primer mandatario quiso encontrar en la palabra quechua Buin, la forma más expresiva para grabar en la geografía nacional el recuerdo de aquellas gestas en territorios extranjeros. La donación de unas tierras que hicieran los señores José Molían, Luis Goycolea y Francisco Lefevre, permitió al Presidente Manuel Bulnes dictar un decreto de fundación de este poblado, emplazado al poniente del camino de Tango, a una legua del río Maipo, el cual era cruzado por un puente de madera cercano al llamado Bajos del Diablo, conocido como Bajos de Matte, hoy Salvador Allende.
